miércoles, 24 de noviembre de 2010

YO TAMBIÉN PUEDO HACERLO...

Pierdo demasiado el tiempo con estupideces…


Escribo sobre cosas que ocurren a mi alrededor… situaciones que vivo, injusticias que deben ser anunciadas por alguien y mirando hacia los lados no veo a nadie que se levante de su acomodado asiento, puesto que ponerse en pie sería como luchar contra un río, nunca pensarías nadar contracorriente, simplemente realizarías el escaso esfuerzo de nadar hacía la orilla para evitar ahogarte.

Dicho esto hablaré de la única persona que merece la pena mencionar, que siempre está conmigo, que llora cuando me siento triste, que ríe cuando me siento bien, que me tapa cuando tengo frío, cuando tengo un problema hace todo lo posible y deja todo su cuerpo y alma en ayudarme…

Esa persona no es perfecta, en realidad podría decirse que es un defecto con piernas, pero bueno la vida tampoco es perfecta y todos luchamos por mantenerla hasta el punto de deshacerte de ella cuando pierdes toda esperanza. Cualquier persona que haya practicado el suicidio y haya acertado, en el último aliento de su amargura ha descubierto por fin la libertad, alguien que se atreve a apretar un gatillo contra su sien, rodea su cuello con una cuerda o explora la profundidad del océano atado a un ladrillo descubre en el último tramo de su vida que han conseguido ser libres.

Esa persona es un soplo de contrastes: Es callado y hablador, es serio y gracioso, casi siempre está triste y contento, te odia pero al mismo tiempo te ama, no le importas lo más mínimo y quiere tenerte en su vida, te saluda con una sonrisa y con una sonrisa te patea, pero solo lo hace para aparentar fortaleza, el no lo dice… pero yo lo sé.

Por supuesto esa persona quiere, y se preocupa por los demás, pero todo eso lo oculta en una amarga y ácida armadura de odio, cosa que actúa en su contra pero el prefiere no salir de ahí, supongo que debe estar cómodo ahí dentro.

Esa persona alimenta sus momentos de ocio con sencillez, la dialéctica es su pista de baile, las conversaciones son su droga, y las personas son sus viajes por el mundo…

Es una persona excéntrica,  detesta los espacios abiertos y rebosantes de personas, llegando incluso a adorar los lugares oscuros y estrechos, todo lo que le falta de paciencia le sobran en odios:

-         odia que no le escuchen
-         odia que le interrumpan cuando habla
-         odia la individualidad
-         odia a la gente que no se esfuerza
-         odia a la gente que grita
-         odia a la gente que defiende lo indefendible
-         odia a la gente que es incapaz de decir la verdad
-         odia a la gente que intenta llamar siempre la atención
      -     odia a la gente que mete las narices donde no lo llaman
-         odia a la gente que habla de cosas que no sabe
-         odia a la gente que habla de cosas que no tiene que hablar
-         odia a la gente que lo crítica solo para quedar por encima
-         odia a la gente que tiene que demostrar que son intelectuales
-         odia a la gente…en general

Pero estoy seguro, que el antes no fue así, siempre he dicho que una persona que detesta a la humanidad es porque en otra época la ha amado con locura, pero claro si esta persona se parece a la humanidad es porque ninguno de los dos se deja querer….

Esa persona tiene miedos… el nunca lo reconoce, pero al igual que todos tiene miedos:

-         miedo al rechazo
-         miedo a no estar a la altura
-         miedo a perder las cosas que le importan
-         miedo a la soledad
-         miedo a ser ignorado
-         miedo a no importarle a nadie
-         miedo a la gente que no conoce
-         miedo a las multitudes
-         miedo a sí mismo, sobretodo…


Esa persona antepone su egocentrismo ante todo, pero… ¿en serio eres tan hipócrita de juzgarlo por ello? Siempre se pone en un pedestal cuando habla, y cree que es único y grandioso y a ti te molesta esa actitud, sabiendo que lo que te jode es que el levanta estatuas de si mismo y no de ti. El ha elegido ser así, prefiere auto-elogiarse en lugar de mendigar piropos ajenos haciéndose el herido.


Y para terminar, decir que es la única persona que es capaz de arriesgar su vida por salvarme, si me dispararan, el sería el único que se interpondría entre la bala y mi cuerpo.

Pero, a pesar de todo lo que hace por mí por alguna extraña razón, no puedo evitar odiarle….
 

1 comentario:

  1. Yo elijo nadar contracorriente agarrándome a la orilla.

    Egocéntrico, agorafóbico y bipolar...
    A mi parecer te sobran dos cosas:
    Miedos, y sobre todo odios.

    Sigue creciendo, Vevé, nunca se sabe en qué te puedes convertir... :)

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