sábado, 4 de junio de 2011

YA NO SABEN A "QUE" PEDIR LAS COSAS...


Es bien sabido por el gentío que con un punto de madurez elevado y un pequeño amor hacia la originalidad e imaginación se intente a toda costa evitar caer en el tópico, los tópicos en el contexto del artículo llegan a ser esas frases con las que un ignorante queriendo pasar de serlo la expulsa en la conversación de turno y queda como un entendido del tema con tan solo una sucesión de palabras que el resto de interlocutores esperaba oír. Esta frase puede ser ora parte de un discurso escuchado en la televisión, ora leído en el periódico, ora escuchada de un borracho opinando sobre la situación actual del país en una tertulia de cafetería. Si andas un poco perdido ahí van algunos ejemplos:

“Hace falta una revolución”.

“la juventud está dormida”.

“(Nombre de político actual) es gilipollas”.


Pero no es por ahí donde quiero llegar, cuando abrí este blog me prometí a mí mismo que no hablaría en un solo artículo de política, al menos de política actual o incluso de mi país, pues eso es algo con lo que se debe actuar sudando en manifestaciones, si no vas a manifestaciones, no digas lo que todos saben por internet.


Habiendo avisado al lector de mi opinión sobre el tópico, voy a soltar el tópico personal con el que me serviré para comentar este hecho que acecha las calles de mi pueblo del que hablaré en breves instantes:

“En los 80 todo era mucho mejor”.

Esta frase se puede aplicar mundialmente, pues efectivamente en los 80 todo estaba mucho mejor y, aunque todos lo saben, al escucharlo a todos nos entra una sonrisa estúpida y un subidón de euforia al escucharlo, un tópico en toda regla.

Pues es verdad, los 80, donde la televisión servía para entretener, la música era música, las películas no seguían ese esquema de –chico conoce a chica, chica está en peligro, chico rescata a chica, chico y chica follan hasta el amanecer mientras tu escuchas gemidos al son de los créditos arrebatándote la escena más entretenida de la película- (mira hay tópicos hasta en las películas) y donde en mi nación España se hacían procesiones en Semana Santa.

Las procesiones son esas carrozas como los carnavales pero que al contrario de los carnavales te quitan el buen rollo…

Ojo, no confundas el quid de la cuestión, el problema no es que no existan en estas fechas las carrozas, el problema es que ahora no se que les ha dado a los “amantes de trozos de madera de caras tristes” por mendigar el cariño y saetas de pobres diablos todo el año.

Está a punto de ser verano, tengo un calor horrible, y de repente todas las tardes oigo una armonía de trompetas haciendo gala de ese gigante desperdicio de muebles de IKEA con movimiento ondulante y con un interior bastante infestado de fluidos sudoriparos de los “follamaderas” que los cargan, en fin he aquí mi reflexión del día:

“las procesiones solo para Semana Santa”

es tan estúpida la reflexión que no puede evitar ser un tópico…

martes, 17 de mayo de 2011

CADÁVER EXQUISITO EN SOLITARIO

Cadáver exquisito es una técnica por medio de la cual se ensamblan colectivamente un conjunto de palabras o imágenes; el resultado es conocido como un cadáver exquisito o cadavre exquis en francés. Es una técnica usada por los surrealistas en 1925, y se basa en un viejo juego de mesa llamado "consecuencias" en el cual los jugadores escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y después la pasaban al siguiente jugador para otra colaboración.



"Anoche soñé en una voyeurista mirada al vacío escambroso de la soledad existencialista pronunciada por un contínuo devenir de la realidad en consonancia con la fantasía externa a mis pensamientos fielmente procesados por la razón que me rodea constantemente llegando en ocasiones a morderme la yugular."

sábado, 29 de enero de 2011

viernes, 7 de enero de 2011

MUNDO JÓDETE (2ª pers. imp. joder)

“En la lengua Castellana existen tantos verbos como cretinos hablan la lengua
Castellana”

Vicious.


Amenizo esta reflexión con una de mis bonitas y cínicas frases porque voy a empezar hablando de algo relacionado con la ya mencionada locución… no, no te voy a llover a golpes con clases baratas de filología, aunque te haría falta, porque seguro que eres de esa gentuza que confunde los movimientos del viento en el agua con una forma de saludo… (Si coges ese chiste házmelo saber, genio).

Como ya he dicho, existen muchos verbos en la lengua castellana, pero el tiempo verbal que más oigo (yo no escucho a nadie) por mis alrededores es el imperativo:

-“ESTUDIA”

-“TRABAJA”

-“VUELVE TEMPRANO”

-“TRATA BIEN A TUS COMPAÑEROS”

- “NO TE SAQUES LA POLLA DELANTE DE LA IGLESIA”


Parece que a todo el mundo le ha dado por sentir placer sexual al vomitar órdenes de sus malogradas bocas destruyendo la paciencia de todos los oyentes y lo que es peor, mi paciencia. No hay nada más desagradable que tener a un gordo rebozado en sudor y con una hortera corbata colgándole del cuello mientras canta al ritmo de sus gestos lo importante que son los balances que debes terminar y entregar a primera hora de la mañana en su despacho de luz tenue y vacía, tanto es la desesperación que por un momento y con una pequeña sonrisa en la cara imaginas que la corbata se convierte en una soga amarrada a una lámpara.


Entonces piensas:

“¿Esto era lo que quería cuando tenía 18 años, un joven que desprendía esperanza y amor por el futuro, con ganas de formar parte de una generación que mejorase la calidad de vida de los que lo rodean y que por supuesto esperaba un futuro brillante al haber escogido una carrera sólida y con salidas como es económicas?”

Entonces yo te contesto:

“Sí, haces muy bien al mundo terminando unas estúpidas balances, héroe”



Así es, en una falsa ilusión de eterna longevidad desperdiciamos la mejor época de nuestra vida compitiendo como hienas hambrientas encerradas en corazas de carne, intentando sacar una buena puntuación para acceder a una buena universidad, graduarnos en una buena carrera, encontrar un buen trabajo, tener esposa e hijos y acabar en un asilo con una sábana de cuadros tapando nuestras piernas, negadas por la edad y enterradas en orina, mientras, mirando por la ventana, el único entretenimiento de nuestra sucia habitación de dos metros cuadrados, observaremos a los jóvenes, felices, rebosantes de futuro y con una sonrisa despiadadamente cargada de cinismo nos regocijaremos en el único y triste consuelo de que sus vidas acabarán también en una bonita silla de ruedas.

Me centraré ahora un poco en los estudios, ese camino que recorre toda persona que desea sobrevivir con un techo en su cabeza y que por alguna extraña razón despierta el gusto de cualquier incauto de jugar a ser Dios, pues como si la selección natural corriera a cargo de su opinión y orden, atilda algunas  asignaturas de inútiles. Nunca falta el “fumapollas” que abre la boca y gruñe como un animal dejando escapar estas palabras:


“la filosofía no sirve para nada”.


Tienes razón, la filosofía no te va a servir para entrar en una buena empresa en la que tu principal trabajo será el de lamer el grasiento culo de tu jefe, tampoco te va a servir para construir una central nuclear, tampoco te va a servir para abrir un negocio, tampoco para empezar una guerra, tampoco para gobernar un país…

En resumen, la filosofía no sirve al estado, y si no sirve al estado no sirve para nada.


Es evidente que un filósofo nunca llegará a triunfar en la vida, un economista si, por supuesto, disfrutará de un buen trabajo, una familia y una muerte bañada en sus propias heces, la misma vida de siempre, para todo el mundo por los siglos de los siglos.


No, yo no quiero eso… yo quiero viajar en moto por Europa, en barco por el atlántico, quiero ir de Australia a Rusia, de Rusia a Canadá, de Canadá a China, de China a Marte y de Marte a Móstoles. También quiero comer más helado, quiero formar un grupo de rock cutre de garaje, quiero conocer a todo el mundo, llevarme una buena enseñanza de cada diálogo en el que participe, quiero probarlo todo no quiero morir sin saber a que sabe la Luna o el LSD, no quiero vivir por nada, no quiero vivir por nadie, quiero vivir por el simple hecho de vivir, de amar la vida, agarrarla por los brazos con fuerza y besarla, besarla sin miedo, hasta que su significado invada mi alma y me convierta en el superhombre del que tanto habló Nietzsche y que tan poco lo escucharon…

Y el día de mi muerte, con las cataratas del Niágara al fondo, y a diez segundos de mi desaparición, sonreir, sonreirle a la vida porque, a pesar de todo y aunque difícil parezca la habré vivido.


Tú sabrás el PIM de tu país, te lo ha enseñado la economía. Yo prefiero vivir, me lo ha enseñado la filosofía.

Vicious.