Es bien sabido por el gentío que con un punto de madurez elevado y un pequeño amor hacia la originalidad e imaginación se intente a toda costa evitar caer en el tópico, los tópicos en el contexto del artículo llegan a ser esas frases con las que un ignorante queriendo pasar de serlo la expulsa en la conversación de turno y queda como un entendido del tema con tan solo una sucesión de palabras que el resto de interlocutores esperaba oír. Esta frase puede ser ora parte de un discurso escuchado en la televisión, ora leído en el periódico, ora escuchada de un borracho opinando sobre la situación actual del país en una tertulia de cafetería. Si andas un poco perdido ahí van algunos ejemplos:
“Hace falta una revolución”.
“la juventud está dormida”.
“(Nombre de político actual) es gilipollas”.
Pero no es por ahí donde quiero llegar, cuando abrí este blog me prometí a mí mismo que no hablaría en un solo artículo de política, al menos de política actual o incluso de mi país, pues eso es algo con lo que se debe actuar sudando en manifestaciones, si no vas a manifestaciones, no digas lo que todos saben por internet.
Habiendo avisado al lector de mi opinión sobre el tópico, voy a soltar el tópico personal con el que me serviré para comentar este hecho que acecha las calles de mi pueblo del que hablaré en breves instantes:
“En los 80 todo era mucho mejor”.
Esta frase se puede aplicar mundialmente, pues efectivamente en los 80 todo estaba mucho mejor y, aunque todos lo saben, al escucharlo a todos nos entra una sonrisa estúpida y un subidón de euforia al escucharlo, un tópico en toda regla.
Pues es verdad, los 80, donde la televisión servía para entretener, la música era música, las películas no seguían ese esquema de –chico conoce a chica, chica está en peligro, chico rescata a chica, chico y chica follan hasta el amanecer mientras tu escuchas gemidos al son de los créditos arrebatándote la escena más entretenida de la película- (mira hay tópicos hasta en las películas) y donde en mi nación España se hacían procesiones en Semana Santa.
Las procesiones son esas carrozas como los carnavales pero que al contrario de los carnavales te quitan el buen rollo…
Ojo, no confundas el quid de la cuestión, el problema no es que no existan en estas fechas las carrozas, el problema es que ahora no se que les ha dado a los “amantes de trozos de madera de caras tristes” por mendigar el cariño y saetas de pobres diablos todo el año.
Está a punto de ser verano, tengo un calor horrible, y de repente todas las tardes oigo una armonía de trompetas haciendo gala de ese gigante desperdicio de muebles de IKEA con movimiento ondulante y con un interior bastante infestado de fluidos sudoriparos de los “follamaderas” que los cargan, en fin he aquí mi reflexión del día:
“las procesiones solo para Semana Santa”
es tan estúpida la reflexión que no puede evitar ser un tópico…